martes, 19 de noviembre de 2013

A la vuelta de la esquina

A veces lo cotidiano pasa desapercibido delante de nuestros ojos. Todos los días nos levantamos con las mismas rutinas, los mismos quehaceres, las mismas caras, los mismos sitios... No miramos más allá de lo que no queremos ver, no nos paramos a pensar en que lo que tenemos más cerca, lo que vemos todos los días, es y sin darnos cuenta, lo más bonito, lo más puro, lo que nos hace sentirnos bien. Buscamos en la lejanía lo que no tenemos para sentirnos mejor sin apreciar lo nuestro, lo verdadero.

¡Disfrutad de lo más cercano!

Un día cualquiera, en un momento cualquiera...



viernes, 8 de noviembre de 2013

La Senda de Piñón y la Resina

La senda del Piñón y la Resina atraviesa Tierra de Pinares, en la zona sur de Valladolid.

La Tejada de Tosande nos dejó buen sabor de boca y la entrada del invierno con el cambio de hora incluido hace que nuestros días sean más cortos.
¿Tostón o lechazo? Igual nos da que nos da lo mismo.

Partimos de la localidad de Bocigas a eso de las 11 a.m.  (hoy no hacía falta madrugar mucho). Ruta corta y de fácil recorrido.
Desde Bocigas y tomando como referencia un panel interpretativo cogimos dirección a la Ermita de San Pelayo, aunque no llegamos hasta ella, pues decidimos tomar el camino recto del pinar.
Cruzamos el arroyo Torcas, hoy seco, y un poco más adelante vimos las ruinas de una antigua casa forestal. El pinar de Mohago es extenso, un pinar denso, de altos árboles, sombrío, pero el día clareaba y la marcha se hacía amena charlando y contándonos las historias ocurridas durante la semana.
 Casi sin darnos cuenta nos plantamos en el puente del río Adaja. ¿Y ahora qué? Sin mapa, sin brújula, sin conocer el terreno ni la senda…era de suponer. Alrededor de media hora dando vueltas por este entorno hasta que localizamos de nuevo la senda. La falta de señalización nos despistó pero eso sirvió para estar un buen rato riéndonos, bajando por los repechos esperando ver caerse a alguno de nosotros…


    

Por fin localizamos de nuevo la senda y tras unos cuantos kilómetros más llegamos al pinar de la Cabaña. A lo lejos, la Zarza. A las 3 nuestro “tostón” asado. Decidimos darnos la vuelta para llegar a tiempo, preparar la mesa, tomar un bueno vino y degustar, eso si nos va…


La tarde amena, tranquila, apacible… al calor de una buena chimenea. ¡Qué bien nos cuidáis!